sábado, 20 de noviembre de 2010

Lo que es Universal.

-How long have you been the Red man?
-About fifteen years.
-What were you before?
-Blue.




Me dicen que acabaré por no proyectar sombra. Y sé que quien me lo dice me conoce bien. Sé que no lo hacen con malas intenciones, ni para preocuparme, pero debe de ser cierto. Algo con fácil solución. (?)

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Es, dulce. Por eso me acerco a susurrarle la oído. Es verdaderamente confortable. Y es cálido en este frío otoño lluvioso. Pero podemos estar en mi mundo tanto tiempo como queramos. Hay bastante sitio, y el tiempo no es un problema. Es ahí donde quiero estar. Pero nunca más sólo.

-He vuelto a soñar con La Espalda,
y ha sido  lo mejor de mis 
4 horas de sueño.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Delicate sounds of autumn.

Se encapota un cielo canoso, como envejecido a lo largo de todo el año, amenazando con ponerse a llorar. Desconozco la manera de consolar a esta alma dormida, y supongo que no es una tarea para la que esté preparado. Me resigno a sentir el agua y el frío tormenta con un aparente dolor de cabeza.

Es en este momento en el que los árboles y las personas cambian de ropa. Y lo hacen en sentidos opuestos. De la misma manera en la que los sueños toman sus decisiones. Ellos se desnudan, desprendiéndose de sus vestiduras foliadas, y nosotros nos arropamos con más o menos prudencia. Es más importante el calor que la estética.

Casi todos ellos quedan desnudos, siendo sólo unos pocos los que mantienen pudorosamente sus trajes verdes. Nosotros andamos más deprisa y buscamos refugio en cualquier sitio.

Parece un baile frenético, en el que nadie quiere quedarse sin pareja. Las bufandas e quedan con los cuellos, y las hojas con el suelo. Mientras tanto viento hace de Disc-Jockey, y el pelo en los ojos no se quiere perder la fiesta. Y alguna hoja despistada se enreda en el pelo, pero basta con una mirada para darse cuenta de que no está del todo a gusto. El resto corre por el suelo, escapando de su abrazo mortal. Pues fueron engañadas sin motivo.

Yo únicamente deseo no encontrarme con él. Habita al otro lado de la esquina, y te golpea en la cara sin avisar. Es irrespetuoso e indomable.

Me encuentro contemplando este espectáculo sin desperdicio. Y recuerdo constantemente aquél día cerca de las vías del tren, en el sitio secreto, donde abiertamente nos declaró su intención de venir para quedarse. Y nos da su bienvenida, con el particular arcoiris de ocres, amarillos, marrones y verdes.

-el día de los besos.

Sueños de porexpán azul.

Son sólo brotes verdes de lo que puede llegar a ser todo esto. Estoy empezando a darme cuenta de las dimensiones que está tomando en mí, y de lo que me involucra. Y no quiero volver a cualquier otro tiempo pasado, por que no fue mejor. 

Por primera vez he analizado el significado de "echar de menos", y es un sentimiento que ahonda más de lo que imaginaba.

Llego una vez más a casa, y me tumbo en la cama. Miro hacia el techo, e imagino formas imposibles. No se mueve nada en mi habitación, no se oye nada en el pasillo, ni tampoco en el salón. Se me ha olvidado cerrar la contraventana, y la persiana está bajada. Por las rendijas se cuelan líneas rectas que intentan ser paralelas. Pero el movimiento de las luces de los semáforos impide esta amistad cercana de convivir al lado en la pared. Pasa un coche, pasa otro,  y cierro los ojos. Intento adivinar las curvas y las trazadas de las ruedas sobre la calzada. Pero únicamente soy capaz de pensar en las curvas de las que los vaqueros se cuelgan.

Hace falta un poco más de calor aquí.


Soy un viajero entre los planos de la existencia. Los recuerdos más recientes se mezclan con las experiencias del pasado, y configuran una nueva realidad. Una realidad que me absorbe, y que me invita a no dejarla escapar. Pero sobre la que yo no tengo el poder de retener, pues la decisión se toma desde otra dirección.

Puede que simplemente sea por la pelota de golf que habita en un lateral de mi colchón, o simplemente puede que sea alguna almohada me haya declarado el estado de guerra. "Sentado sobre el ojo de mi mente", observo cómo la noche se cobra mi cansancio acumulado. Y de esta manera, se cierra el ciclo.

El ciclo de dar y recibir. 

jueves, 4 de noviembre de 2010

I keep moving on.

Todos lo días se sucede un hito estelar, galácticoy cósmico. Yo me lo he estado perdiendo durante mucho tiempo. Pero hoy no, ni ayer.

Ha empezado mientras yo leía Nada. Y ha sucedido en Moncloa. (Donde suelen ocurrirme la mayoría de las cosas.)

Comienza con una mirada al horizonte, y continúa con una escala de verdes, azules, y rojos. Alguna despistada nube se deja acariciar, pero no es lo habitual. Es eterno en la medida de lo posible y consigue evadirme de las irresponsabilidades. De toda preocupación. Me habla de paz en tiempos de guerra, y me proporciona tranquilidad.

Y no me hace falta intercambiar palabra. Otras veces echo en falta un trueque conversacional. 

- ¿Me cambias un simple hola por un Buenos días? Creo que te sienta un poco mejor. Sinceramente pienso que el verde es un color te va, pero eso no importa, porque los camaleones pueden cambiar de camisa cuando quieren.

Durante este período de latencia, los quimioreceptores específicos de mi membrana externa se encuentran inhibidos, y sólo se produce respuesta ante un estímulo lumínico. Fototaxia.

Poco a poco las farolas se visten de amarillo pálido o de blanco perla, y se da comienzo a la súbita subida de la marea nocturna. Empiezan a aparecer el resto de estrellas; mientras, yo retengo a mi estrella personificada, que quiere escapar al frío. Debo procurar de que nunca se apague, y de que no crezcan nenúfares en su interior. Pero tengo una poderosa rana que vive en ella, y que me mantiene informado.

Brilla con luz propia, y emite en el espectro de luz transparente. No recuerdo exactamente a cuántos nanómetros, pero es como el blanco que se utiliza en el espectrofotómetro humano. Los fotones que deja escapar tras de si tienen la capacidad de irradiar calor con  la naturalidad propia de un astro. Sigue siendo azul por los bordes y más pálido en el interior, donde siempre me quedo colgando con Lou Reed.

Y hablamos de cosas sin sentido, creando los sueños a partir de realidades tejidas con nuestras propias manos. 

Mientras, el tiempo procura mantenerse en movimiento. Y yo no me voy a quedar atrás. No me voy a anclar a un pasado, ni voy a vivir de ello en el futuro. Simplemente me voy a limitar a estar aquí. A mantener todo esto vivo. "Keep the dream alive" Y a no destruir.