Noches bizarras de triángulos amorosos que nunca se consuman. Las cartas están jugadas desde el principio y puedo leerlo todo en sus manos; inseguridad, desinhibición, entrada y bloqueo.
Es entonces cuando me salgo del guión y comienzo a improvisar.
En el círculo vicioso de siempre.
La tónica o el limón.
Los hielos o quemarte por dentro.
Una ducha fría. Lavarse los dientes. Un cigarrillo huérfano en tu bolsillo y tú no fumas. Decepción de nuevo.
Hay que ordenar todo de nuevo en un caos que sea cómodo.
Poner a mano lo indispensable.
Dar la mano a lo indispensable.
No te puedes esconder de tí mismo.
Así que encuéntrate.