Ninguna cariátide soportaría el peso de un alma corrompida. No sería capaz de alargar su mano hasta sacarla del precipicio mientras que rueda por la repisa. Simplemente se limitaría a mirar. Es la muerte la que sale desde su nervio óptico, haciendo el camino inverso al que hace la luz. Convirtiendo el pensamiento en estímulo y a su vez los conos y bastones en impulso mortal. No es una muerte física, es simplemente el adormecimiento de la conciencia. No quiero ni imaginarme la regulación a nivel de reacciones físico-químicas que inducen a todo este torrente de ideas. Debe de ser tan mínima la concentración dentro de las vesículas sinápticas, que no soy capaz de vislumbrar una realidad tan vívida y tangible. Tan común. Ahora comprendo el paso de la genialidad a la locura. Fue esa cariátide la culpable de todo.
¿Quién sugirió que viviésemos en un tiempo tan cambiante?
Nadie quiere reconocerlo, y es la causa de todo.
"¿Tan fácil es ser persona?"
JabatoJones. SIEMPRE.