Se trata de dar un paso hacia la eternidad.
Avanza, camina, corre. Pero nunca huyas.
Hoy las ramas del árbol de mi ventana golpeaban de una manera distinta el cristal. El vaivén del viento las poseía, y las ramas no eran ramas. Eran como látigos implacables.
"¿Quieres saber el por qué? No te puedo decir ni que lo sepa ni cómo conseguí saberlo."
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No temas.
Siempre nos quedará La Galerna.