lunes, 31 de octubre de 2011

Segundo capítulo.

Ya sé que soy un desastre, que lo dejo todo para última hora, que no soy constante y que soy más vago que una estera... Llevo más de diez días para terminar esto y no lo hago. Podéis criticarme tooodo lo que queráis, lo asumo.
En fin allá va la segunda parte.

Por si te perdiste la primera parte, todo vienen de aquí:
 (http://slideinbabe.blogspot.com/2011/10/algo-nuevo-y-distinto-i.html)




(Mini) Cap.2
Noise and Blues. But not Pain.


Nos levantamos al unísono del sitio. Ella coge su libro en la mano, pues no lleva bolso ni nada donde meterlo y yo me dirijo a pagar a Alfonso:

-Han sido dos pintas de Steve U. ¿Cuánto te debo por esto?
-Pues cuatrocientos y cuatrocientos son ochocientos. -se ríe- A ver si de una vez por todas nos sacáis de pobres... ¡Que esto no puede ser!
-Bueno, bueno, ochocientos no llevo ahora mismo encima, pero te puedo pagar ocho. Apúntame el resto en la cuenta si quieres. -le entrego un billete de diez euros y me devuelve los dos correspondientes-.

Ella hace lo propio, y yo le indico mediante gestos que voy un momento al baño. "Can't see my little Jonnhy...", agarro el picaporte y entro. Luz blanca y azulejos, como cualquier otro baño. Hay un gran espejo encima del lavabo que siempre me ha atraído, y después de haber vaciado el depósito me miro en él al tiempo que lavo mis manos. Debe de haber un mundo detrás ese trozo de cristal y plata en el que el otro yo se pregunte las mismas cosas de mí que me pregunto yo sobre él. En armonía proyectamos una serie de ideas sobre lo que debemos ser en esa imagen tan nítida como irreal. No me ha dado motivos para desconfiar, así que le creo cuando me muestra a mí acicalándome. En realidad es una réplica fidedigna pero invertida del yo, que  hace todo lo malo hay en mí bueno y viceversa. Nos sonreímos, me seco las manos en el pantalón y salgo preparado para que lo que tenga que ser sea. 

Ella me está esperando con el libro cogido con las dos manos formando un triángulo invertido con sus brazos y hombros; y yo, yo no llevo nada más que lo puesto, el abono joven, las llaves de casa, el mó-... Mierda. Ya me lo he vuelto a dejar, bueno, peor hubiera sido no poder entrar en casa una semana hasta que volviera alguien de mi familia o llamar a un cerrajero para que cambiase la cerradura. Bah, no pasa nada.

-¿Nos vamos? -hace un gesto con la cabeza señalando hacia la puerta-.
-Sí, sí -salimos por la puerta del bar-. ¡Hasta luego, Alfonso!
-Ale, ¡pasadlo bien! -y se vuelve a sus sudokus y crucigramas-.

Como buen caballero cedo el paso, y ambos recibimos una suave brisa en la cara.  Me despejo un poco tras las dos pintas, y... ahora que lo pienso:

-A todo esto, ¿cómo te llamas?
-(Ríe de una manera muy dulce) Vale, me llamo Laura. No te voy a dejar con la intriga, aunque habría sido un juego muy gracioso.

A la luz de las farolas veo acercarse unos labios generosos, que no escatiman en besos. Por lo visto ahorrar en eso no es lo suyo, ya que sabe dar todo cuanto tiene sin parecerme invasiva. Me coge del hombro y yo por la cintura, algo totalmente cordial, pero cuando nos acercamos más puedo sentir cómo hay un perfume que sube desde su cuello hasta la nuca que se dispersa cuando mueve el pelo. Es vainilla. Me lo imagino como si fuera una nube de espirales de amarillo claro y color canela que se enroscan en mi cavidad nasal y explotan al más leve contacto con los sensores olfativos. Es una atmósfera muy agradable, un sitio donde podría quedarme un buen rato sin tener que pensar en nada más que bombear ese aire a mis pulmones...

-Bueno, ¿y tú? 
-Eh... -me he quedado un poco noqueado después esto, y aún reposa mi palma derecha sobre su cadera, en el lugar de donde me suelo colgar-. Yo soy Mario, encantado.
-(Sonríe) ¿Te apetece que vayamos dando un paseo?
-Por supuesto, esta noches son para aprovecharlas. Ya tendremos tiempo de usar el transporte público cuando haga frío.  ¡Eso si no nos da por hibernar! -nos despegamos y echamos a andar-.

Vamos dirección centro, pasando por Princesa, Plaza España y hasta Gran Vía. Todo está realmente en calma y yo adoro el verano. Laura es una chica que no presume de lo que tiene, ni se jacta de saber acerca de esto o lo aquello, es sencilla y de esas personas que "no saben mucho de casi nada." Hablamos acerca de la fauna madrileña, de los personajillos que nos hemos ido encontrando a lo largo de nuestra vida y de nuestros amigos, algo que, al fin y al cabo nosotros también somos. A medida que avanzamos empiezan a aparecer chinos vendiendo cervezas y sonrisas a veces forzadas, pero a mí me ha caído bien este así que me voy a comprar una.

-¿Tú quieres otra?
-No, no, a mí la cerveza me hincha mucho. No te preocupes. Además ya estamos cerca del sitio, ya me pediré una copa allí... -me dice mientras que me regala una sonrisa, o bueno, quizás se le haya escapado. Definitivamente-.

Es cierto que un euro por una lata es bastante y que en la tele han salido reportajes sobre insalubridad en venta ambulante, pero en esta vida siempre hay un punto donde la fe cobra más importancia que cualquier razonamiento lógico y en este caso tampoco es tan importante el hecho de una lata más o menos.

Madrid es un zoo de personas y de presiones. Hay distintas culturas, con distintas aspiraciones y metas, de gente que te inspira más confianza y gente que menos, hay limpieza y suciedad, mendigos y ricos... Contrastes si queremos llamarlo así. Que en conjunto forma la paleta del pintor que traza las líneas sobre un lienzo de asfalto, hormigón, alcantarillas y pasos cebra. Pero es en la Gran Vía donde se concentra el grueso de la gente más variopinta que podrás encontrarte, y más aún de noche. Como si fuera un parque temático. Chicas que con tacones andan como si fueran velocirraptores, Drag Queens en el palacio de la prensa, armarios de puertas tamaño dos por dos, esqueiters haciendo de las suyas en la calzada y muy poca gente que conozca a Buddy Holly pero que va de carnavales todo el año. Caminando tranquilamente se pueden ver grandes sabios metidos a transeúntes y transeúntes metidos que se desconocen hasta a sí mismos. 

El ecosistema madrileño es bello en todas sus formas y yo no sé si habré bebido demasiado, pero empiezo a verlo todo más mucho más relajado. Sin que las formas sean tan importantes como el contexto, y en definitiva, noto un ligero temblor de la horizontalidad. Las luces van hacia detrás, mientras que avanzamos hacia delante, y por fin llegamos al sitio. En mi reloj los números bailan alguna danza en estéreo. "-Cómo pasa el tiempo, joder." El último trago, tiro la lata vacía a la basura y entramos.

Normalmente no me llama la atención el rollo de discotequeo puro y duro, pero un día es un día y ella quería ir a bailar. Además, creo que no tengo ningún plan mejor para hoy y este aroma en el que me hallo inmerso podría sacarme hasta el secreto más profundo si me lo pidiese de la manera adecuada...

En realidad al entrar me doy cuenta de que es un bar reconvertido a pista de baile, en el que han bajado las luces y han subido la música, con algunos proyectores que dan rollo al ambiente. Hay dos barras, una justo pegada a la puerta y otra en el fondo del local, mucho menos iluminada y más vacía. En los laterales hay mesas y sillas altas, donde hay algunos grupos de gente charlando. Algo que siempre me ha parecido paradójico, que se elijan los lugares más ruidosos para tener las conversaciones más profundas. Por suerte en este lugar la música es aceptable, nada de ritmos latinos y bombos asesinos de cajas.

Laura no para de saludar a sus amigos desde lejos y me presenta a un grupo de cuatro chicos que estaban sentados en frente de la primera barra, y se une a ellos en la conversación. Yo creo que pediré una copa, no es cuestión de que no tenga confianza para sentarme con ellos, sino de que mi garganta pide gritos ser refrescada.  Me acerco a su oído de vainilla a ráfagas y:

-Oye voy a pedir una copa ¿vale? Ahora vuelvo.
-Sí, sí. Estamos aquí.


Por alguna razón me dirijo a la barra del fondo, en la que hay menos gente y luz y espero mi turno para ser atendido. Cuando por fin me toca...:

-Hola cielo, ¿qué te pongo?

-Hola, sí... quería un gin-tonic.
-¿Y... alguna en especial?
-Pues ahora que lo dices, si tienes Tanqueray...
-¿Algo más?
-No, no sólo eso, gracias -le digo mientras hago un signo de aprobación con las manos-.



El trato es cálido, y yo me siento cómodo. Es posible que sea mi cara, el alcohol es vasodilatador y se pierde calor de esta manera, pero de todas formas me ha causado una muy buena impresión... Ella es morena, de pelo más bien corto, por encima de los hombros, y aun bajo esta luz tan tenue podría reconocer su tono de piel. De un blanco muy muy clarito, y apuesto a que es suave también. Ojos almendrados y grandes, no sé si verdes o marrones, pero que me miran con impaciencia y un poco de cansancio. Parece que le pesaran las pestañas, y debe de ser porque las tiene muy largas. Unas cejas muy definidas y cuidadas dan paso al flequillo, pero lo que me interesa es el brillo de sus pupilas. Es extraño, difícilmente descriptible.

Una cosa que siempre he pensado es que las mujeres deben saber cuando las estás observando. Esa gracilidad en los movimientos y la decisión en el paso. O puede que sea la propia naturalidad de cada una, pero a mí me complace en todas sus formas.

Lleva  una camiseta negra de manga corta, neutra, sin mucho escote pero que te muestra lo justo para reconocer una feminidad acentuada bajo ella. El pantalón es también negro, pero en este caso largo, con un abrelatas colgado de una hebilla que no rompe la armonía de su definida y trabajada figura. Sus piernas terminan en un tacón no muy alto que le realza el tipo. Absolutamente impecable. Supongo que ha de ir así vestida por el trabajo, pero realmente pienso que le favorece mucho.

Cuando se da la vuelta la imagen no cambia, perfección y soltura. Va hasta la la nevera del fondo, la abre y coge una tónica, salta la chapa y es ese el único sonido que oigo por unos segundos. Rueda por la barra y cae al suelo. Metálico. Creo que puedo oír las burbujas que explotan dentro del cristal... o quizás sea ella al mirarme desde ahí y que todo esté sucediendo en mi estómago. Vuelve hacia mí, y sin dejar de mirarme coge la botella de la estantería. Deja los dos recipientes en la barra y baja la mirada para echar los hielos en un vaso de tubo que había al lado de la cubitera. Me sirve hasta el segundo hielo, y deja caer tónica hasta que se llena por completo. Algo ha debido de vaciarse antes para que se pueda llenar el vaso. Eso es ley de vida.

-Bueno, ¿cuánto es?
-Ay, espera... Que te falta el limón, no sé si quieres... -me ha cogido por la muñeca, y es suave ella, creo que gané las apuestas. Me mira atentamente-.
-Eh... sí, sí. ¿Por qué no? -no soy tan experto bebedor de ginebra como para decir que no, y en estas circunstancias me gustaría disfrutar un poco más de su compañía. Además, nadie podría decir no a esos ojos, dudo de un ciego incluso-.

Lo tiene todo a mano, y queda dispuesto en menos tiempo del que yo utilizo para darme cuenta.

-Son cinco cincuenta.
-A ver si llevo suelto y te lo pago justo -le digo rebuscando en los bolsillos-.
-Sí, no te preocupes -me dice mientras sonríe-.


Joder, qué sonrisa más blanca y bonita. Y me acabo de fijar en que lleva los labios pintados de un rojo claro.
No llevo monedas mas que la de dos euros que me devolvió Alfonso, así que tengo que entregarle un billete de cinco y llenarme una vez más de calderilla. "-Ten." Se da la vuelta, y en esta ocasión no me cabe la menor duda, sabe que la observo. Dios mío, ¡pero cuánta sensualidad puede albergar un cuerpo! No quiere dejar para las demás...
Me coge de la mano y me entrega el euro cincuenta. "-Gracias." No ha dejado de mirarme en todo el proceso, y ahora se apoya en la barra sobre los codos, con la cabeza entre las manos. Cojo el vaso, pero no me puedo ir. Tengo que calmar mi sed antes de decir algo. Ella rompe el hielo.

-Bueno, y ¿qué haces aquí sólo? En verano además...
-Ah, no... He venido con una chica que acabo de conocer. Mira, es esa del fondo, la que está sentada con los cuatro chicos - señalo hacia el otro lado y en seguida la reconoce-.
-¿Con Laura? -se levanta de la barra y se pone erguida-. 
-Sí, con ella.
-Pues es la ex-novia del jefe... 
-Joder, no sabía nada. Me dijo que el bar lo llevaban unos amigos.
-No, no, si amigos son. Ya te digo que si lo son... Bueno, o lo fueron. A principios de verano se acabó todo, aunque lo cierto es que no tengo ni idea.
-Joe, yo la acabo de conocer y me ha parecido una chica muy agradable, sincera y sencilla.
-Sí, ¡por supuesto! Ella es una chica genial, pero no sé, a veces esas cosas simplemente no funcionan... Y como ya te digo, ni idea de por qué.


Doy un trago largo a mi copa que se acerca peligrosamente a la mitad ya y le pregunto:


-¿Y tú? ¿Tú qué haces aquí?
-(Ríe) ¿Pues tú qué crees? Servir copas y poco más. Las camareras solemos hacer eso...

¿Me está tomando el pelo porque voy un poco tocado? ¡Pero qué se habrá creído! Lo peor es que no sabe que me encantan las mujeres que saben hacer reír.

-¡Y yo qué sé! A lo mejor eres un espía doble y esta es tu tapadera... Puestos a imaginar... -definitivamente y no quizás voy tocado del ala. ¡¿Pero a qué mente en su sano juicio se le ocurriría decir semejante gilipollez?!-.

(...)

Momento de tensión.

Ha habido suerte, porque ríe a carcajada limpia. Uf... Yo creo que si fuese chica hubiera huido. Sin lugar a dudas.

-De verdad tío, que hacía mucho que no me reía tanto -le están llamando desde el otro lado de la barra-. Espera un segundo, luego hablamos si quieres, que como ves tengo curro. Si me ves desocupada pásate por aquí y charlamos. Mi nombre es Irene.


Se sube un poco encima de la barra y me da dos besos rápidos con olor a naranja, rosas frescas y granadina. Quién diría que dentro de un bar podría sentir algo tan fresco y floral al mismo tiempo. Pero ya se ha ido a atender al cliente, poco a poco se ha ido llenando esto y parece que va para rato su tarea de calmar la sed todos ellos.

Vuelvo a donde se supone que estaban Laura y sus amigos, pero no están. Levanto un poco la mirada y los veo en la barra de la puerta, están pidiendo algo. Voy con ellos.

-¡Mario, cuánto has tardado! (Ríe) ¿Qué te parece el sitio? ¿No está mal no?
-Qué va, me está gustando mucho. La música no te destroza los oídos y se puede beber bien. Una gran elección por lo que veo la de hoy. ¡Pero ahora tengo que ir al baño! Así que si me perdonáis un segundito...
-¡Sin problemas, que no decaiga esto! ¿Eh...? -a ella también le empiezan a hacer efecto las dos copas de vino y lo que sea que se ha tomado aquí-. ¡Y vuelve!
-Por cierto, ¿dónde están?
-Allí al fondo, ¿los ves? -y me señala justo al otro lado de la pista de baile-.
-Sí, sí. ¡Ahora vuelvo!

(Y ahora volveré. Fin del segundo capítulo.)
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Joder, espero no hacer parones tan largos. Pero continuará seguro. Me faltan aún dos capítulos como mínimo. Lo dejo por hoy, porque no quiero hacerlo pesado.




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Está escrito con Jazz, para el Jazz y por el Jazz.

"-Vestida de piano y saxofón."


(Recomiendo, hoy y siempre, la estación de radio del Grooveshark.)

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Mientras tanto...

domingo, 23 de octubre de 2011

Si Dios no existiese muy probablemente adoraría al Sol.



Es cierto, me repito una y otra vez en lo mismo. Tengo ese tema recurrente del que siempre podría hablar aunque no tuviese nada que decir. Y me recreo en ello mucho más de la cuenta. Pero también existen tres religiones que adoran al mismo Dios y cuatro evangelistas que vienen a contarnos, en esencia, lo mismo. Así que no tengo de qué preocuparme, porque creo que es algo completamente humano pensar en la divinidad solar.

Esta es una pequeña reflexión que surge de esa horas de laboratorio en las que tengo que esperar a que termine la centrífuga o a que el reactivo de Lowry tenga tiempo de funcionar. Nace de mirar por la ventana y ver algo que no quiero que se vaya, pero que empieza a desvanecerse, debido a la inclinación que tiene ahora su incidencia sobre la superficie. (No paran de repetírnoslo en Ecología, como si no supiésemos el fundamento estacional...)


"El Sol es una mujer con los ojos de caleidoscopio que cumple años luz semanalmente. Es meticulosa, se levanta temprano para todos los días, y no tiene que elegir entre Este O-este vestido porque porque nunca se pierde en el Sur. Al menos no en el Hemisferio Europeo, ya que su sombra siempre se mantiene siempre al Norte. A veces corre cortinas blanquecinas, que cuando están de un gris sucio se dedica a lloverlas para que queden limpias."

Hoy ha sido un día grisáceo.
Avisaba silbando entre las hojas y luego se ha escondido tras su edredón de nubes.
Ya veremos qué quiere hacer al final.


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Tengo que redactar el segundo capítulo. 
Pero está ya en mi cerebro cómo tiene que ser.






viernes, 14 de octubre de 2011

Too ugly to prostitute. Too stupid to steal. So I'll pray.

No dejes de abrazarme.
No permitas que me invada el frío.

Quiero que me acaricies en la mañana,
y en la tarde estar contigo.

Permanece, establece.

Crea un vínculo arbitrario con lo espiritual
Porque nada de esto es,
por lo visto,
habitual.

Ven a la lumbre,
y protégeme de la penumbra
que se esconde en las sombras.


Todo aquello que no quieres ser.
Todo aquello que no quieres hacer.

Apártate de las miradas malvadas.

Momentos en los que todo parece ser distinto, 
pero que en la mayoría de las veces acaba siendo
lo mismo.







lunes, 10 de octubre de 2011

Algo nuevo y distinto.

Me gusta escribir cuentos.
Pero hoy voy a intentar una cosa nueva.
Llevo dejándolo dos o tres días. Y esto no puede seguir así.


Lo que viene a continuación es una historia inventada. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los nombres de los personajes han sido alterados para que no puedan relacionarse con las personas reales.
(O no.)
(O sí.)
Lo único seguro es que sueño de galernero ES.


No tenía nada mejor  que hacer ese fin de semana así que decidí enamorarme.

(Redacción: fecha de inicio real 09/10/2011)

(Mini) Intro.

En estos momentos me encuentro en mitad de la calle sólo sin saber muy bien qué hacer pero con un destino claro en mente.

Es una de esas noches de verano en las que no sabes muy bien que hacer con tu vida, tus amigos están en la playa y tú te has tenido que quedar en Madriz para estudiar. Cosa que intentas hacer pero que no te sale del todo bien. Mira que le pones ganas, pero es que durante las horas de Sol es complicado no pensar en lo que estarías haciendo en vez de, con lo cual, el balance de concentración partido de tiempo suele ser muy bajo. (Cuanto mayor es denominador menor es el valor numérico que arroja la relación.) 

La ciudad está preciosa de noche y, es curioso, pero el único momento del día en el que se está a gusto fuera de casa es cuando ya no es de día, es por esto que me he decidido a bajar a la calle. Sólo por el placer de respirar el humo de los coches mientras que huyo hacia algún lugar cerrado donde no se pueda fumar.

No hace frío, no hace calor, y la brisa me acaricia suavemente. De veras que me gusta mucho esta ciudad. No tengo  tampoco expectativas puestas en lo que pueda suceder, y de lo único que estoy seguro es que nos vamos a llevar muy bien hoy La Luna y yo. Porque me está mirando sonriente desde ahí arriba. Y porque sé que ella es la única que no me abandona nunca por las noches. Pase lo que pase me cuida siempre desde lo alto.

Como en toda selva aquí también existe una fauna, con sus depredadores y presas, sus sistemas mutualistas y parásitos, con oportunistas y con poblaciones asentadas generalistas. Es un conjunto lleno de incorrecciones e incoherencias que funcionan perfectamente, formando parte de un ecosistema global que fluctúa debido a las modas y los relaciones públicas, que, con sus perturbaciones, consiguen a veces alejarme de la estabilidad que da La Sotileza

Y es allí hacia donde me dirijo

(Mini) Cap.1 
La Sotileza

La Sotileza es uno de esos típicos bares que no son típicos, en el que hay tiradores de cerveza, jarras de diferentes tamaños y formas, de cerámica o de cristal, con asa o sin asa, rechonchas o alargadas... Dispuestas en una cristalera con un espejo detrás que da sensación de profundidad a la vez que una visión acogedora del lugar, y que permite verte la cara con tan sólo girar la cabeza. Hay también bebidas alcohólicas detrás de la barra y alcohólicos delante de ella, etiquetas de botellas pegadas en la pared, cuadros y pinturas conocidas colgadas por todos sitios, taberneros amigos que sirven una música perfecta y un sin fin de pequeños detalles en madera que son tan innecesarios como sustanciales al propio ambiente. El sitio en cuestión está a pocas calles de mi casa por lo que ir a pie es la opción correcta, y nada más entrar siempre me inunda los pulmones ese olor a no-tabaco y a cariño que despierta los sentidos. 

Al fondo está Alfonso. Un hombre canoso y de bigotes cuidados. Yo creo que en cuanto tenga el suficiente me lo dejaré como él, pero por ahora no es más que una "carreterilla de hormigas", como dice mi padre.

-¡Buenas noches Alfonso! ¿Cómo va eso, tío? -nos damos un abrazo y me contesta-.
-¡Hombre! Pues ya ves cómo está la cosa, vacío a estas horas. Pero claro que es verano, qué te esperabas... Me estaba haciendo los crucigramas del día para no aburrirme mucho.
-Tranquilo que ya estoy aquí para llenarte el bar, -sonrío mientras me tira la pinta de Urquell que venía buscando- ya verás cómo se arregla esto en un momento.
-Una pintita querías, ¿no?
-¿Y quién no la querría? Una rubia como esta es difícil de encontrar, no te creas que las hay en todos sitios...
-Pues menos mal que has venido ya me veía cerrando en media hora. -termina de servírmela y deja reposar un poco la espuma. Se atusa el bigote y termina de servirme-.
-¡Nunca se sabe, Alfonso! -noto que levanta la mirada hacia la puerta y me giro instivamente, pero mi cuello no da para tanto y no distingo a  nadie-. Más clientes,  ¿ves? lo que te decía.
-Bueno, cliente, en este caso clienta. -me deja la cerveza delante y le doy un primer trago largo-. Vamos a ver qué se cuenta.

Me deja a solas con la rubia.
(Aaahg)
Esta cerveza deben de hacerla con pis de ángel, si no no me explico por qué me gusta tanto. Tiene ese regusto amargo que te da la impresión de estar bien hecho, sin demasiado gas, ni ácida, con cada ingrediente en su justa medida y con las proporciones adecuadas de tiempo y temperatura.

Vuelvo una vez más la cabeza y mi primera impresión sobre ella es que está en verde. Quiero decir su mirada, no que esté libre el paso, eso no lo sé por ahora. Puede que tenga que cederlo, o que directamente sea un STOP. Pero me ha resultado cuanto menos atractiva en las formas. Delicada y a la vez segura de sí misma. Lleva un libro en la mano.
Alfonso se va a atenderla y ella contesta:

-Una copa de vino, por favor. -miro la portada y veo que es El Extranjero. Lo abre y comienza a leerlo, debe ir por la mitad-.

Creo que ni siquiera me ha visto, o bueno, las mujeres saben hace eso de que no te han visto pero que en realidad si te han visto... El caso es que parece entretenida en la lectura y no creo que sea el momento de intentar entablar una conversación. Agarro mi jarra y la dejo por la mitad. Ya que ella no me mira la voy a mirar yo. Tiene el pelo castaño claro largo, unas piernas de escándalo y lleva un vestido corto con un estampado floral repetitivo y minimalista. No muestra nada que no quiera mostrar, dejando claras sus intenciones. Bebe vino a tragos cortos, y Alfonso ha vuelto a sus quehaceres "crucigramiles". Suena de fondo Ray Charles con su "What'd I say", y ella empieza a llevar el compás con las manos, tamborileando con los dedos sobre la barra. Parece que no va seguir con su libro, así que lo deja apoyado por la página que va y me mira por "primera vez." Sonríe, y yo le devuelvo amistosamente el saludo. Creo que es el momento de"atacar" ¿no?

-He visto que leías a Camús, ¿te gusta leer?
-No, la verdad es que no suelo leer mucho, pero me lo han recomendado. Así que estoy en ello, y ahora que tengo tiempo para todo me he decidido. -me sonríe de nuevo. Joder, qué facilidad tiene para resultarme agradable-.
-Yo es que también lo he leído, y opiniones a parte, me parece un libro que ha de leer todo el mundo. -doy otro trago largo- ¿Sueles venir mucho por aquí?
-No, la verdad es que pasaba por aquí y es lo único que estaba abierto. ¿Tú sí?
-Claro, me pilla a un paso de casa, y ya ves. -mala idea ha sido lo de beber tan de seguido, no puedo tirarme un eructo ahora-. Cerveza buena y música buena. ¿Puedo pedir más?
-(Ríe), ¡claro que sí! Siempre se puede pedir más. -de nuevo sonríe-. Yo no esperaba encontrarme con alguien en un bar. Y mira, como si lo hubiese pedido. -pero que no deja de sonreírme la maldita...-.
-(Río), pues la verdad es que yo tampoco me lo esperaba. -ahora te voy a sonreír yo-. Hoy salía sin pretensiones, a tomar el aire, una cerveza y poco más.  -termino mi pinta-. Alfonso, (-Sí, dime.) Vamos a por la segunda, ¿no?. -coge una nueva jarra y me sirve otra pinta, mientras, continúo con mi charla. Ella también apura sus últimos sorbos y le indica lo mismo a Alfonso-.  Bueno, y tú ¿qué haces en Madriz en pleno Agosto?
-Lo cierto es que deseaba huir un poco de todas las aglomeraciones de la playa. Está toda mi familia en el Levante y a mí me apetecía un plan más tranquilo. Aunque aquí es imposible salir a la calle hasta las 8-9 por lo menos. Hace un calor seco que te mueres... ¿What about you?
-Estudiar mujer, estudiar. Es lo que tiene no ser constante durante todo el año. -pongo cara de circunstancia y agarro de nuevo mi jarra para darle otro trago mientras que a ella le devuelven su copa llena. (-Gracias, Alfonso.)  Tiene una cara muy bonita cuando sonríe, y creo que Alfonso se ha dado cuenta de ello también. Le da las gracias y bebe de nuevo-. Pero no pasa nada, es una asignatura sólamente y ya acabo la carrera.
-Ah, ¿y qué estás estudiando?
-Estudio ingeniería Química en la Complutense, y me está yendo bastante bien. Voy a curso por año, aunque tenga que ir a septiembre siempre, pero estoy contento. Me está gustando la verdad.
-Pues eso es lo importante. Que te llene de alguna manera. Yo empecé Historia, pero me aburría tanto que no acabé ni el primer curso. -hace una pausa para refrescarse la garganta-. Luego empecé con eso de los trabajos temporales por aquí y por allá, de socorrista en la piscina en verano y en tiendas durante el resto del año. Por ahora no me está yendo mal, así que espero poder mantenerme así durante un tiempo. 
-Yo tampoco te creas que tengo mucha confianza en que porque haya hecho una carrera vaya a trabajar tan pronto. Por ahora me gano unas pelas dando clases particulares, pero no da para vivir. -así a lo tonto ya voy por la mitad de la jarra-. No es para nada un sueldo, y la vida no está barata.
-No, si ya... Yo por el momento no puedo irme a vivir sóla, he de encontrar algo fijo para poder hacerlo, y por ahora no me ha salido nada, pero seguro que encuentro algo. -ella también lleva un ritmo bastante acelerado, y yo no le voy a decir nada-. Creo que es cuestión de tiempo, ya tengo bastante experiencia en esto de currar y me adapto a casi todo.

Ninguno de los dos ha soltado su vaso durante la conversación. Hay un pequeño intercambio de miradas y bebemos al mismo tiempo. Tampoco es que hayamos bebido mucho, ella dos copas de vino casi y yo una pinta y más de media, pero está siendo muy cómodo todo, así que un silencio no nos supone demasiado.

Es entonces cuando suena:



Y me vengo arriba.

-Joe. Alfonso tío, siempre te superas. Menudo temazo. -termino mi cerveza de trago-. Viva este sitio y viva la música.
-Je, je. Es lo que se oferta en este antro. Somos unos anticuados y unos viejunos, pero es lo que nos gusta. Y al fin y al cabo el bar es nuestro ¿no? 
-¡Si no tengo ninguna queja!. ¿Por qué iba a estar aquí entonces? ¿Por la cerveza? que también... ¡Qué grande!
-Y yo que sé.Hay gente pa' tó.  -ríe a carcajada limpia y río con él yo también-.

Ella se ha levantado de la silla y se ha puesto a bailar. Vaya situación más cómica para un martes de Agosto. Quién lo hubiera imaginado. Dos locos solitarios en un bar y una doncella bailarina que vino sin avisar.

Me mira y me dice:

-¿Oye, oye te apetece ir a bailar? Tengo unos amigos que tienen un local por el centro. Está bien, y eso, la música no está del todo mal... No es que sea el sitio más guay ni el más cool, pero está abierto y seguro que lo pasamos bien. -me mira con ese verdor que no la puedo decir que no, además no deja de mostrarme su dentadura perfecta en posición lunar de cuarto menguante o creciente-. ¿Venga, venga, qué me dices?


¡Y todavía no sé ni cómo se llama!
No nos hemos presentado y tengo la impresión de conocerla ya desde hace tiempo. Desde luego una invitación así no se puede declinar.

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Tiempo al tiempo.
Este es sólo el final del primer (mini) Capítulo.
Es mini porque podría tirarme horas y horas describiendo todo y enrevesando la historia, adornándola y blabla. Pero me interesa en ir a lo que voy. Las pasiones humanas inmediatas e imprevistas.


The black will be grey and the white will be grey




 But The Blues are Still Blue.

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LOVE IS FOREVER.
LIVE FOREVER.

Pablo.

lunes, 3 de octubre de 2011

La noche temática. O el día monocromático. AZUL. (II)

(Parte I:
http://slideinbabe.blogspot.com/2011/09/la-noche-tematica-o-el-dia.html )

Esta es una de esas segundas partes que nunca fueron buenas, nuevas o breves.


"Nada más pisar la calle se le desabrocharon los calcetines, y debió ser culpa de la batería o de las palmas, o quizás de los coros. Una breve introducción al funk o al soul y tropezó con una de esas síncopas que sólo Sting es capaz de meter en una botella.
-Mierda tío, nunca miro por dónde pisas... -se dijo mirándose los pies- Perdona chaval...
Por las mañanas todo el mundo salía a regar las fachadas que habían pintado con su esperanza, y esta vez la regadera no le avisó de que estaba como una, así que tras unos movimientos de cadera sacados del mismísimo lEvis consiguió recuperar su Northen Soul. Todas las casas realizaban la fotosíntesis durante el día para que por la noche estuviese la cena preparada; algo dulce, ligero y frío. 

Mientras tanto la Luna era Reina sin trono que hacía las veces de sonrisa durante el 'sunrise', y cada 28 días ella y el Sol celebraban su aniversario. Él siempre la sorprendía con algún detalle, y ella no podía hacer otra cosa que quedarse con la boca abierta; y de tanta felicidad, cuando caía la noche, sacaba del armario su vestido con las tachuelas más brillantes y el azul más tenue. Sin olvidarse del cinturón de Orión, que le hacía una figura estupenda. Ella también le cuidaba mucho. Todos los días para cuando fuese a amanecer siempre le tenía planchada una camisa blanca hecha de nubes y un traje azul de cielo policromático que cambiaba según la hora del día, porque él tenía que descansar durante la noche para poder ir a trabajar. Aún así, una vez cada ciclo, la Luna se escapaba del sitio de su recreo, y pasaba toda la noche con él. Y otras veces, cada cierto tiempo, se encontraban durante el día eclipsándolo todo.

(Pero bueno, esta no es la historia que estábamos tratando, y yo siempre me acabo yendo por las ramas. Por eso que decía Darwin de que venimos del mono...)

Creo que hablaba sobre la ley de la levedad y los tropiezos durante el camino. ¿Me equivoco?
Bueno es igual, continúo:

Tras el encontronazo volvieron las curvas y pudo continuar su rumbo. 
Seguía siempre sus deseos sin saber si sería esa su salvación o su sino. Hay algo que el corazón ansiará eternamente.Y no es un destino. Precisamente. Por lo que perseguiría 'el ideal y no al ídolo'.

Todo el mundo trabajaba para estar ocupado y para dignificar a las personas, y él se había buscado un trabajo  no muy caro para mantenerse activo. Recordó la historia que le contó un amigo suyo acerca de que había sido arrestado por aburrirse. Joder, ir en contra de la Constitución Humana estaba penado, no sé qué se esperaba... El caso es que su trabajo era sencillo y tranquilo, consistía en ponerle los nombres a las calles y decorar los carteles para que los que no supieran leer pudieran entender dónde estaban, hacia dónde iban y de dónde venían. Solía poner motivos florales, formas geométricas sencillas de colores pastel, y para las vías más  importantes de la ciudad, utilizaba subrayadores de grosores distintos. Habría sido más fácil poner números, decían algunos, pero la arquitectura no había sido organizada en cuadrantes sino en vistas, por lo que podía hacerse bastante liosa la cosa si las hubiera empezado a numerar. Los nenúfares y la magnolia se encontraban en una esquina y las espirales de azul se cruzaban con los pentáculos elementales indelebles. Pero eso ahora importaba menos, porque el entretejido de avenidas y bulevares hacían que perdieras la imaginación, y tenías que ir a buscarla a pie, porque es la única manera de que vuelva. Siguiéndote."

Continuará. O no.
Dependerá de si continúo siendo yo por medio de otros.
GRACIAS.



Mi infancia fue así. Puede que por eso esté tan de la olla y se me vaya la sartén de vez en cuando.
Creo que seguiré así por un tiempo.

-Don't believe in magic. Life is automatic
.
Pablo.
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Blind Faith:


No podéis morir sin haberlos escuchado. 
GENIOS JUNTOS.
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Y un poco de POP. 
Pero del bueno.



Sé lo que es el aislamiento voluntario. Muchas veces es la única manera.
Pero recuerda que tú no estás sólo, y que ella tampoco lo está.

Yo estoy aquí siempre que me necesites.
Para lo que quieras.
Eso ya lo sabes.

No conviene repetirse en las mismas cosas, porque entonces caeremos en los mismo errores. 
El Deseo existe. (De hacer las cosas bien.)
Y así se harán.

sábado, 1 de octubre de 2011

Algo que no he perdido. Que no se perderá.

A veces pienso que debería ser abstemio.
Parecerme un poco más a tí para parecerme más a mí.
Porque siempre acabo distorsionado. Como las luces de las farolas a las 5:00 A.M. o las caras de la penumbra en algún lugar cerrado.
El Oscuro Pasajero reluce y me dice que "todo estará bien esta noche." Pero yo sé que no todo fue hecho para nosotros. Porque tú y yo pertenecemos a ellos. 
Es como el Señor Jekyll del Doctor Escondido. Se manifiesta en determinadas ocasiones ante determinadas situaciones. Y está controlado. Porque debajo de las legañas de alcohol queda aún una pizca de la integridad que me enseñaron de pequeño.

No sucedió.
Porque no ha de suceder.
Porque no sucederá.
Voy a agarrarme a lo que soy, y voy a intentar mantener la poca coherencia que tengo.

A las tantas de la mañana siempre se repiten las misma palabras.
Por lo que no debo de ser tan distinto.
Y realmente eso me anima bastante.
"Transmites Paz y Tranquilidad."


 Quizá esta sea la manera en la que soy, y no la que creo ser.
Definitivamente.

Últimamente sólo consigo relacionarme con chicas que me atraigan sexualmente y/o que no sean mis amigas por medio del alcohol. Por supuesto que sé que no está bien. Nunca ha estado bien el uso de las drogas para huir de tu realidad. Y yo he hecho las cosas realmente mal de manera habitual. Noche tras noche.

Me hace falta un poco de tu calor.
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Todo nace aquí.
Todo es aquí.





No me importa que me diga mi profesora de Antropología que estoy más delgado que hace nosecuanto tiempo por la foto de la ficha.

He asumido ser quien soy y estar como estoy.

No se trata de un "que le den" o de un "bah". Es así, tienes toda la razón del mundo. Pero no me va a afectar más de aquí en adelante.

Al fin y al cabo:

YOU CAN TAKE ME THERE.