viernes, 22 de julio de 2011

El Norte.

Las rocas emergen del mar, y el verde es dominante por condición. Nada parece ir acorde con las pretensiones de cada uno. La meteorología y el mar no siempre están de acuerdo, pero han acoplado sus biorritmos en un síncope de volátil de presencias.

Es mañana nublada y variable. El sol pica mientras tú duermes, y el la marea juega entre la arena. Hay un banco de nubes que quiere atraer al viento, pero no llegan a ser lo suficientemente coquetas, y finalmente se retiran en un visto y no visto. Se levanta una tormenta y se acuesta el astro rey. Amanece niebla. Jalean los pájaros, alguno huído de su jaula importada, y que sea mejor así, porque han de volar. No soporto el verlos encerrados. Si la evolución les ha dotado de alas es porque las tienen que usar.

La humedad es síntoma de la manga larga, y no al revés. Las magnolias son increíblemente bonitas e inmensas, pero no creo que las incluya en un futuro herbario, estas me las quedo para mí.

Acabo de volver hace tres días y ya me quiero ir. (El 30 me vuelvo al exilio voluntario y a la incomunicación en red.)

Sé que me he perdido muchas cosas, y que me perderé muchas más. Y lo único que envidio realmente son los momentos que pasasteis todos juntos y no tan juntos. Pero sé que a paisajes no me gana nadie. Ni siquiera Paul Auster y su novela tan aburrida que estoy acabando. 

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No tengo ningún interés en ocultarlo. Todos tenemos un "Oscuro Pasajero" como Dexter, y quién diga lo contrario es porque se rinde a los brazos de la hipocresía. En realidad se cubre de flores que están mustias, y nunca conocerá La Magnolia.

Sigo echando de menos a la misma persona, sigo echando de menos al mismo perfume, a la misma mirada, a los mismos besos, a las mismas manos, a los mismos ojos... al nenúfar. Pero ¿y qué? ¿Merece la pena luchar contra la belleza? ¿Somos acaso dueños de los sentimientos? ¿Tenemos el derecho de extirparle a la vida su propia esencia? ¿Debemos entonces parar el Motor Universal?

La respuesta Flota en el Viento.  Yo mientras seguiré pensando a diario en lo mismo. Sin que deje nunca de reportarme una alegría o una sonrisa en un momento determinado. Una sonrisa a entrever que sólamente yo entiendo. Con su pena y su gloria. Sin miedo. Sin maldad. Pura.



Si os ha gustado dejo esta como bonus track:

jueves, 14 de julio de 2011

Flashlights.

Anochecer a hombros de la luna.

El suelo era de cristal, las paredes de hielo y el techo una cúpula perfectamente esculpida dentro de un iceberg. No hacía un frío insoportable, pero sí era desagradable. Él intentaba retener todo el calor posible en su pecho juntando los brazos al tórax y cruzando los brazos alrededor las caderas. Estaría de pie mientras pudiera, pues tenía que encontrar la manera de salir de allí. Aparentemente todo encajaba al detalle, no había por ninguna parte un saliente, una muesca, o alguna rotura. La luz penetraba desde lo alto a través de una delgada capa nieve compactada y se reflejaba en la blanca inmensidad. Se intuía un azul que presumiblemente tendría un origen marino, y comenzó a arañar las paredes con sus uñas y las manos desnudas. Vestía pantalones largos, camiseta, zapatillas desabrochadas y camisa de manga larga. Todos sus esfuerzos parecían ser inútiles. ¿Cómo habría llegado hasta allí? Cansado de intentos y sin frutos cayó rendido, y sucumbió al deseo eterno del descanso. Poco a poco todo se fue apagando y vino la luna en su carroza de plata. Atravesó todas las paredes, revolucionando por completo la naturaleza del lugar, y se quedó a dormir allí, con él, en su regazo.


Verte amanecer en estancias áureas.

Cuando despertó todo era platino. Era el alba dorado, y la habitación estaba adornada con gemas talladas milimétricamente dispuestas en racimos. Como en un caleidoscopio. Había mesas de mármol veteado, sillas de granito pulido y frutas de lapislázuli en bandejas de oro blanco. Amatistas y otros cuarzos conformaban un mobiliario casi barroco, pero sin recargar el ambiente. Al fondo se distinguía un espejo de aluminio bruñido tras una delgada plancha de vidrio. Desentonaba con la magnificencia de su entorno, pero poseía una cualidad que le hacía único en su género. Atrapaba los reflejos huérfanos de un alma empobrecida entre tanta riqueza. Dentro del mismo artefacto no veía su imagen desaliñada y recién levantada. Al otro lado del espejo habitaba un ángel encerrado en cuerpo de mujer. Ni se estaba maquillando ni lo hubiera necesitado. Se estaba probando un vestido largo azul del cielo con tachuelas plateadas, y no dejaba de sonreír. Instintivamente, él, llevó sus manos a la superficie plana donde se sucedían estas imágenes de belleza, y quiso entrar. Ella se desvaneció entre un alegre devaneo de su cabellera incendiada. Su sonrisa fue lo último que él vió. Se asomó dentro, pero en su fondo sólo había oscuridad.  Él deseó su vuelta, y lo intentó traspasar de nuevo con todas sus fuerzas, pero una vez más su capacidad de conquista quedó en evidencia. Puede que se precipitase en su tarea, pero sabía lo que quería. Finalmente, dejo que el peso de la realidad le guiase y se resignó entre susurros de esperanza vana y palabras de adoración. Y durmió.


Ser confinado al abrasador castigo diurno.

Le despertó un sol de castigo acompañado de una sed pastosa, como si hubiese estado 14 horas seguidas durmiendo tras un día entero de fiesta. Lo que antes fuera de piedra se había transformado ahora en arena abrasadora. No existía techo alguno, la cúpula desaparecida dejó paso al cielo abierto y las formas estaban  dominadas por la cerámica, la arcilla y el barro aún húmedo. De algún vahído recuerdo nació la idea de moldear el cuerpo idílico de la mujer del Otro Lado. Arrancó un pedazo de la pared y moldeó la mayor obra de arte que conocía. Curvas y trazos sinusoides, simetría gaussiana. Pero faltaba algo. ¿Cómo le infundiría un espíritu? ¿De donde surgiría el color? ¿Sería capaz de sentir? ¿Cómo reaccionaría ante su Creador?




Abrió La Puerta en su mente y dejó que fluyeran sus más sentidos pensamientos. Todo era posible, ahora.


La Puerta de la percepción. (Epílogo)

Traspasar el umbral de esta Puerta supone asumir el riesgo de no querer volver jamás. En el lugar donde nacen los sueños no existe el deseo insatisfecho, porque todo lo que quieras lo puedes tener. Es incontrolable a la vez que intrínseca a la personalidad, pero precisa en cuanto a las aspiraciones y miedos. Funciona con el latido nocturno, pero le basta con la oscuridad de los párpados para funcionar. El mecanismo de entrada es sencillo, un picaporte con forma de disco que activa un mecanismo de apertura simple al girarlo. Se desplaza sobre unas bisagras en ángulo recto y se cierra automáticamente gracias a un sistema de cuerdas y poleas que hay en el interior del Otro Lado. La madera que la conforma es de baobab con un grabado en cenefa por toda la superficie. El dintel es cambiante, y se adapta a las dimensiones de cada persona. Dado que unas veces ha de soportar el paso de grandes Temores y otras ha de ayudar a conseguir un Objetivo marcado.






Vamos hacía donde nuestros pasos nos guían. Eso es lo que intentamos hacer hasta el final. Y no siempre acabamos donde queremos. Pero lo que importa no es la meta en sí. Lo verdaderamente importante es el camino. Cómo cada paso que damos nos hace crecer en esos únicos y de cada uno"particular ways" de los que Aschroft hablaba en su "This time."

Hoy y ayer y mañana haz que tus actos merezcan pertenecer a una "Oda a la vida".

VIVE.


(Como puede que no vuelva a escribir en un tiempo dejo todo por escrito hoy. 
Pero hubiera preferido una entrada más corta y menos recargada.
Y resuelta en varias partes, no sólo en una.
Seguro que vuelvo pronto.
Hasta ahora.)

sábado, 9 de julio de 2011

Hay noches en las que vuelve.

"Ella descansaba plácidamente sobre una nube porada ya por el alba. Tenía una corona de chispas azules y blancas sobre la cabeza y sólo cubría su cuerpo un vestido blanco largo de bordes plateados. Toda su figura se podía intuir con tan sólo imaginarla, no hacía falta que la mirases directamente. No tenía un cuerpo perfecto, pero sí un alma pura, y eso irradiaba la paz que yo buscaba en estos momentos.

Me ví entonces desterrado a lo profundo, donde el ímpetu y la vehemencia modelan el paisaje. Bajo tierra no hay leyes, reina la pasión, imperan las formas violentas, y no hay nada curvo. No era un ascetismo voluntario, por lo que no fue agradable. La oscuridad y el frío estaban en perfecta armonía, pero mi alma necesitaba calor y cercanía. No distinguía mis labios, pero supuse que eran púrpura. Los noté hinchados. Todo estaba húmedo, y yo poco a poco perdía pigmentación. Como en un proceso evolutivo acelarado.

Entonces despertó. Ella se levantó, y al mismo tiempo todo el universo. La tierra se abrió en dos, penetró la luz, y la oscuridad se escondió entre las piedras sueltas que quedaban. La humedad ahora refrescaba, y todo tornó en su color natural. 

Se acercó.

(Era de mares cristalinos o de argentum.) 


Me miraba a la vez que sonreía.

Se acercó un poco más.

Me invadía el calor y la tranquilidad. Mis yemas de los dedos se electrizaron, y entonces pude tocarla. Primero sus brazos, luego sus hombros y después la nuca y la espalda. Ella me retuvo entre sus brazos y rozó mis labios sin besarme. Se crearon puentes de magnetismo acentuado. Y fue imposible resistirse a algo que era tan inmaterial y tan físico al mismo tiempo. No se trataba de un beso. Iba más allá de la corporeidad. 

Eran dos almas en una fusión incandescente. 
Que nadie separaría.

Al menos no hasta que despertara."


No fue Annie. Ella no es tan adorable.
Le falta trecho aún.



No quiero yo. Y no quiere mi subconsciente tampoco por lo que veo.

No quiero ser uno más. No quiero ser ellos. No quiero nada de lo que ellos quieren o han querido. No busco nada de eso. Y ahora lo sabemos los tres. Tú, yo, y el que se encarga de poner toda esta maquinaria nocturna en mi cerebro.

No viviré por siempre.
Pero sí lo hará este sentimiento.
Porque queda por escrito. Perdurando hasta el fin.

jueves, 7 de julio de 2011

Quedan muchos días de verano.

"No era un mar de dudas, sino de posibilidades. 
No se entretenía ya dándole vueltas a la cabeza, sino que hacía girar todo su universo alrededor de aquellas pupilas.
Él se sentía cómodo, pero no buscaba agobios en nadie. "


Al fin y al cabo, y por muy desmejorada que se viese ahora, él era Paz en al menos un 25% de sus genes. 


Estoy bastante contento. Todo va realmente bien. 

lunes, 4 de julio de 2011

Calurosa tarde de verano.

"Sólo, corría. 
Huía de su propio sino.

Al mismo tiempo miraba sus manos. 
Se las estaba frotando enérgicamente. 
No porque estuvieran sucias realmente. Era una mancha de culpabilidad.

Sudaba. Le entraba en los ojos. Lloraba. Resbalaba por su cara. 
Sal.

Palpitaba dentro de él la rabia, y su corazón parecía querer clavársele en las costillas.
Su garganta expectorar.
Sus pulmones estallar.
Sus piernas flaquer


Y cayó al suelo. 

Nadie quiso socorrerle. 
Nadie pudo entenderle.
Nadie creyó conocerle.


Pero vivirá eternamente."



Quiero hacer las paces contigo Jimbo. Y vamos a conseguir que así sea.
Espero que estés bien. Aunque no siempre supiste estarlo. Sé que ahora sí lo estarás.
De veras que lo creo así.

Pablo.



(Todo esto ha surgido a raíz tres estímulos diferentes: una discusión casera que lleva a una situación incómoda, rayos de sol haciendo el amor entre las nubes y el aleatorio de mi móvil.)

Últimamente estoy bastante sensible, y sinceramente, no creo que sea por el orgullo gay.

Paciencia y autocontrol.
Vamos a conseguir que el orden venga.
Le haremos una oferta que no podrá rechazar.



viernes, 1 de julio de 2011