martes, 8 de marzo de 2011

Believe me, Natalie.


Es una melodía que le atraviesa el pecho y penetra en el alma. Puede sentir cómo le posee a él y a todo lo que le pertenece. Puede sentir cómo es todas las cosas al mismos tiempo. Cada esquina, cada superficie, cada relieve.

-Le ha tocado en un punto próximo a su ser. 
-Le ha provocado un placentero escalofrío.

Siente la energía encerrada en sus notas,sus acordes, sus compases, sus estrofas y sus estribillos. No le parece repetitivo. Podría estar escuchándolo durante horas por el simple gusto de sentir cómo golpea en sus tímpanos aquella vibración mecánica única y desgarradora.

Sólo debía de focalizar aquella sensación en un punto único.

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Los cerezos ya están en flor, y los pájaros han llegado a su ventana. El césped empieza a verdear.

Esta mañana quería dormir un poco más y se levantó para mandar callar a las aves que cantaban en su balcón desde hacía ya varias horas. 

Fue levantarse y que se callaran. Deseó con todas sus fuerzas que no se hubiesen ido de nuevo y que simplemente fuera que no tenían nada que decir. En otro momento, y como muchas otras veces ya hizo se habría parado a escucharlos para intentar descifrar aquél maravilloso lenguaje. 

Cisnes Negros, Cisnes Blancos. Increíble música. Increíbles planos. Increíbles planes.
Increíble, mente.



Janis, se va a arreglar todo, ya lo verás. Como tú muy bien dices todo este tiempo ha significado algo. Y da igual las alturas. Nadie es sencillo. La Galerna es un gran sitio donde compartir el tiempo, perdona mi huida repentina. 

Cerveza.


(Un relato corto llega en breves, no sé si será un "Destellos", porque aún no está terminado.)

-S.L.Y.