domingo, 30 de mayo de 2010

AZUL


Hoy es un día. Con sus 24 horas. Su amanecer. Su atardecer. Su noche. Sus horas de luz.
Pero es UN hoy.
Es un hoy de aguas azules en calma, pero que esconden su interior un peligro de otro mundo. De algo que no queremos despertar. Porque lo llaman el azote de los mares.
Cerca hay una isla volcánica joven. Me gusta pasearme por allí. Es ardiente y a la vez cálida. Tiene reflejos dorados y está moteada por la arena, como cuando te pones al sol en la playa y se te queda pegada al salir del agua. Desde arriba nos hace señales, despide fogonazos y se esconde tras las nubes.
El aguamarina me salvaría de todo esto. Tostado como la arena misma mojada. Maleza enmarañada.

Sentado sobre mis propios hombros, está feliz y contento el sentimiento de culpa. Sabe que no tengo ningún derecho a decirle nada. No puedo echarle. Pero, ¿sabes?, eso me hace sentir vivo. Todavía tengo la capacidad de sentir.

Y mientras The Moongose flies, On by.

Para el reproductor. Y escúchame de verdad. Nada de esto se entiende si no es por medio de unos ojos azules.